El futuro debe seguir siendo abierto


El futuro de nuestra región es incierto. Nuestras democracias enfrentan desafíos conocidos, como el autoritarismo, la violación de los derechos humanos, las profundas inequidades sociales, la brutal violencia por razones de género, la precarización de la vida y la crisis de representatividad, algunas de ellas cada vez con mayor intensidad. Pero también estamos enfrentando desafíos sin precedentes, como la pandemia y la crisis social y económica consecuente, la desinformación y la crisis climática. Nuestras democracias no pueden darse por hecho. 

Concebimos el futuro con mejores democracias, que sean genuinamente representativas de todas las personas, paritarias, que respeten la diversidad de sus habitantes y prioricen el cuidado de la naturaleza y los bienes comunes. Queremos gobiernos que sean inclusivos, transparentes, e íntegros en el manejo de los recursos públicos, con instituciones que no acepten y combatan la corrupción. Democracias que promuevan la cohesión social y que provean las mismas oportunidades para todas las personas, reparando las desigualdades estructurales propias del sistema de desarrollo vigente y de la herencia patriarcal. Queremos que la tecnología no se convierta en una vía para perpetuar la concentración del poder y riqueza en manos de pocos, sino que sea un instrumento para favorecer la participación genuina, la transparencia y el acceso al conocimiento, y no la desinformación, la manipulación, la impunidad o la vigilancia masiva.

Queremos democracias donde la ciudadanía no se limite a la elección de sus representantes sino a una interacción virtuosa y vinculante entre ciudadanas y gobernantes. Es esencial la protección del espacio cívico para el respeto irrestricto de la libertad de expresión y la participación política en cualquiera de sus formas. La libertad de expresión requiere de garantías para la integridad de periodistas y personas defensoras de derechos humanos, una internet sin censura y un debate público abierto.

En el futuro digital, nuestros derechos deben estar garantizados. Nuestra dignidad y privacidad deben ser respetadas. El uso de nuestros datos por parte de empresas y gobiernos debería estar regulado de forma que se respete la autodeterminación informativa y que favorezca el desarrollo de nuestras comunidades, incorporando toda la riqueza de las visiones latinoamericanas sin imposiciones externas. Queremos transparencia en el uso de los algoritmos que extraen sistemáticamente los datos y la riqueza de nuestras sociedades.

En el futuro queremos que las decisiones se tomen de forma paritaria en la política, en el  sector público y en el privado. Queremos que se reconozcan e incorporen las voces y sensibilidades de todas las personas sin importar su clase, género, raza y/o creencias.Queremos un futuro donde cada persona pueda ser quien quiera ser, siendo parte integral de la sociedad y viviendo su vida con dignidad. Necesitamos un futuro sin violencia, especialmente aquella contra las mujeres, las personas LGTBQIA+, las niñeces, las personas racializadas, los pueblos originarios, las personas mayores y las personas migrante.Queremos un futuro sin violencia.

Queremos un nuevo modelo de desarrollo genuinamente inclusivo y respetuoso del entorno, que no se base en prácticas de despojo y explotación, sino que nazca desde y apueste por las comunidades y organizaciones locales, en respeto y cuidado del ambiente. Queremos que este modelo sea sostenible y justo, e incorpore alternativas como las que se están proponiendo desde las comunidades, pueblos originarios y movimientos sociales de nuestra región. Pensamos que la evolución digital de nuestras instituciones determinará buena parte de ese futuro, por eso queremos reglas, herramientas abiertas, pensadas para proteger nuestros derechos, rendir cuentas y preparar a la ciudadanía para participar activamente en este futuro.

Así también, necesitamos un futuro que garantice los derechos laborales de todas las personas en esta emergente economía digital y el reconocimiento a la organización sindical de las personas que trabajan en estas plataformas. Queremos que el futuro digital no nos oprima y nos encierre en silos individualizados, sino que fomente oportunidades para la creatividad, la colaboración y la liberación.

Exigimos:

  • A los gobiernos de la región, el respeto al estado de derecho, el fortalecimiento de la  transparencia en la era digital, la promoción de la participación y la protección del espacio cívico, así como el uso de la tecnología para habilitar espacios de participación reales e inclusivos.
  • A los gobiernos y empresas, el respeto de nuestros derechos en la era digital, el fin de la vigilancia indiscriminada, la protección de nuestra privacidad y nuestra dignidad y el uso de nuestros datos para el bien común. 
  •  A los gobiernos y empresas mayor transparencia en el diseño y uso de sus algoritmos, el fin de la manipulación de nuestras preferencias originada en su concentración de poder. 
  •  A los gobiernos que exista regulación en base a los marcos internacionales de derechos y exigimos que se capacite a las entidades y personas que trabajan con datos para entender y evitar el impacto de los sesgos de género en la recolección, análisis y procesamiento de los datos.
  • A los gobiernos e instituciones públicas y privadas transversalizar la perspectiva de género interseccional para ser aplicada en todas las decisiones, programas y políticas sociales. 
  • A los gobiernos, empresas y organizaciones de la región, demandamos la paridad en la toma de decisiones, el fin de la discriminación y el respeto e inclusión de las comunidades originarias.
  • A los gobiernos, empresas, organizaciones y entidades de desarrollo, la construcción de un modelo de desarrollo centrado en el cuidado del planeta y respetuoso de nuestros derechos, que incluya y respete nuestra diversidad y con una infraestructura digital soberana que promueva el desarrollo local y sostenible, la dignidad y una vida más libre para todas las personas.

Nos comprometemos a:

Participar de forma activa en todas las oportunidades genuinas para conseguir los objetivos que proponemos.

Monitorear, evaluar y eventualmente denunciar aquellas acciones por parte de gobiernos, empresas y organizaciones que trabajen contra el futuro que proponemos.

Ser consecuentes y buscar en nuestros propios espacios y organización, la paridad, la no violencia y la inclusión.

Democratizar y facilitar el acceso a la información y conocimiento necesario para asegurar  una participación equitativa de todos los miembros de la sociedad.

Este texto fue elaborado por varias organizaciones y personas participantes en Abrelatam – Condatos para su discusión durante el evento.


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